miércoles, 9 de febrero de 2011

ACRISTALAMIENTOS DE FUNCION TERMICA

El acristalamiento cumple una función térmica, cuando produce una reducción de los intercambios térmicos (frío-calor) entre los dos ambientes que separa. Esto se consigue disminuyendo el valor del coeficiente de transmisión térmica (K). Cuanto más pequeño es el valor K de un acristalamiento mayor es su aislamiento térmico, es decir, mayor es la resistencia al paso de calor por conducción.
El elemento aislante que se combina con el vidrio para conseguir un conjunto con la resistencia térmica deseada es el aire. El aire desecado cuando permanece en reposo proporciona un excelente aislamiento térmico, para mantenerlo así es necesario encerrarlo en una cámara estanca creada entre dos lunas separadas entre si unos milímetros y selladas perimetralmente.
Se pueden fabricar acristalamientos con una o varias cámaras, según el grado de aislamiento que se desee obtener, lo mas normas es una cámara con dos lunas.
El calor siempre tiende a pasar por conducción a través del acristalamiento de la zona caliente a la zona fría. En invierno el calor está dentro y tiende a salir al exterior (se pierde calefacción) en verano el calor está en el exterior y tiende a entrar en el interior y hay que producir aire frío dentro para eliminar el calor que entra.
En ambos casos con el doble acristalamiento proporciona interesantes ahorros de energía.

A parte de la función principal de ahorro de energía los acristalamientos aislantes aportan otras ventajas muy interesantes:
-Disminución del coste de instalación de aire acondicionado y calefacción.
-Aumento del confort en  las proximidades de las superficies acristaladas y en todo el recinto al suprimir el movimiento de aire que produce la diferencia de temperatura.
-Reduce el efecto de pared fría y en consecuencia la posibilidad de que el acristalamiento se empañe es remota.

-Posibilidad de una arquitectura confortable con mayor superficie acristalada sin aumento de consumos energéticos