jueves, 3 de junio de 2010

SUGERENCIAS PARA COLOCAR LOS CUADROS IV

Seguimos decorando estancias de nuestra casa....

El dormitorio



El dormitorio es una estancia dedicada al reposo, el lugar más personal de la casa.



Se debe procurar elegir temas alegres y sugerentes
que inviten al descanso.





Sobre el cabezal de la cama se puede aplicar un método
similar al del sofá, pero sin llegar al ancho del mueble,
también se puede colgar un cuadro principal sobre el centro
y otros dos sobre las mesillas.



Otra buena opción es dejar libre el cabezal y colocar un grupo de cuadros sobre las mesillas, o bien una secuencia de cuadros alineados con idénticos tamaños y marcos, este recurso da sensación de orden.

 


También podemos colocar una repisa como indicamos en una entrada anterior a modo de cabezal y apoyar allí los cuadros, o bien hacerla de obra.




En las habitaciones infantiles una buena idea es hacer un montaje con fotos de nuestros hijos, o bien aprovechar su vena artística y poner sus obras de arte colocadas en una composición desenfadada y divertida.




viernes, 26 de marzo de 2010

CERAMICA RAKÚ

El Rakú es una técnica tradicional oriental de elaboración de cerámica utilitaria.
Se cree que es originaria de Corea, sin embargo es en Japón donde ha florecido y encantado a todos los que tienen contacto con ella.
Desde finales del siglo XVI el Rakú atrajo a los maestros del té, influidos por la filosofía budista zen, quienes sintieron un placer singular en este retorno consciente al directo y primitivo tratamiento de la arcilla. Durante la ceremonia del té los participantes bebian la infusión en vasijas fabricadas por ellos mismos.
El Rakú significa tranquilidad, pero también "diversión" o "felicidad"

El proceso del Rakú es el mismo si son piezas de cerámica utilitaria o decorativa como es nuestro caso.
Las piezas se llevan a un horno pequeño a 900 grados centígrados aprox. (depende del esmalte o lustre utilizado). Cuando los esmaltes alcanzan su punto de cocimiento se sacan en estado de incandescencia y se depositan cuidadosamente con la ayuda de pinzas de hierro, en un recipiente lleno de viruta de madera (también se pueden usar hojas de periódico u hojas secas de árbol). El contacto con este medio incendia la viruta, las hojas o el papel y se genera una enorme cantidad de humo que penetra en la pieza y entra a ser parte de ella.  Los esmaltes (óxidos) con que han sido pintadas las piezas proporcionan una parte del oxígeno para esta combustión, convirtiendose así en metal puro, lo cual le da la apariencia característica a esta cerámica.
Después de varios minutos, el proceso químico se fija bajando bruscamente la temperatura con agua. Se obtienen al final tonalidades, texturas, matices y colores fascinantes y nunca iguales de una pieza a otra, que pueden ser desde rojos metalizados hasta craquelados, nacarados y tornasoles característicos de  esta técnica.
El Rakú es pues, una compleja alquimia donde intervinen los cuatro elementos (tierra, fuego, agua y aire) de la cual resultan piezas únicas, siempre maravillosas.
No es nada extraño que en el proceso, siempre manual, se rompa alguna pieza, por sus tensiones internas al colocarlo al calor, o al cambiar de temperatura, el ceramista de Rakú no se aflije por esto, sino que recoge las piezas con cuidado y
repara la pieza hasta ponerla en condición de utilizarse con sus cicatrices a la vista. Los alfareros antiguos del Japón resaltaban estas cicatrices al soldar con metales preciosos la pieza y en muchos casos le daban más valor a una obra así obtenida.

jueves, 25 de febrero de 2010

Cuadros en alabastro

Estas obras están realizadas artesanalmente, el elemento básico
es el alabastro moldeado, el dorado se realiza como lo hacían
nuestros antepasados, mediante aplicación de las hojas de pan
de oro sobre superficies cuidadosamente preparadas con varias
capas de yeso y bol.
Los marcos se pueden lacar y decorar en varios colores.

La decoración de cada pieza transmite la personalidad a la misma: tras el dorado, la policromía al óleo y el temple; los estofados, hacen reaparecer en complicados y armoniosos dibujos el oro aplicado bajo la pintura.


Los diseños van desde los mas clásicos a los mas modernos,
como Sandro Botticelli, Gustav Klimt, Paul Gauguin,
Tamara de Lempicka, Amadeo Modigliani, Vincent Van Gogh...




Finalmente, las pátinas, a base de ceras naturales aplicadas por
manos expertas, dan a las obras un carácter y calidad.
Con el relieve se consigue un efecto atractivo y muy decorativo de estas obras.