El Rakú es una técnica tradicional oriental de elaboración de cerámica utilitaria.
Se cree que es originaria de Corea, sin embargo es en Japón donde ha florecido y encantado a todos los que tienen contacto con ella.
Desde finales del siglo XVI el Rakú atrajo a los maestros del té, influidos por la filosofía budista zen, quienes sintieron un placer singular en este retorno consciente al directo y primitivo tratamiento de la arcilla. Durante la ceremonia del té los participantes bebian la infusión en vasijas fabricadas por ellos mismos.
El Rakú significa tranquilidad, pero también "diversión" o "felicidad"
El proceso del Rakú es el mismo si son piezas de cerámica utilitaria o decorativa como es nuestro caso.






No es nada extraño que en el proceso, siempre manual, se rompa alguna pieza, por sus tensiones internas al colocarlo al calor, o al cambiar de temperatura, el ceramista de Rakú no se aflije por esto, sino que recoge las piezas con cuidado y
repara la pieza hasta ponerla en condición de utilizarse con sus cicatrices a la vista. Los alfareros antiguos del Japón resaltaban estas cicatrices al soldar con metales preciosos la pieza y en muchos casos le daban más valor a una obra así obtenida.
repara la pieza hasta ponerla en condición de utilizarse con sus cicatrices a la vista. Los alfareros antiguos del Japón resaltaban estas cicatrices al soldar con metales preciosos la pieza y en muchos casos le daban más valor a una obra así obtenida.